Aprendió a tocar la guitarra:
A acariciar sus cuerdas, puntearlas, rasgarlas y sentirlas. A romperlas, a
cambiarlas por otras nuevas. A conocerlas una a una; y las conoció.
Aprendió a tocar su guitarra: A observar
su color, a escucharla, a hacer que ella lo escuchara. También aprendió a afinarla; guiada, o sencillamente a oído.
Aprendió a limpiarla y cuidarla; guardarla y pasearla por la calle.
Aprendió a tocar su guitarra,
intimar con ella y a quererla.
Un día se cansó de su sonido.
Fue entonces cuando vio un piano y, en vez de seguir su camino con ambos
instrumentos, dejó su guitarra a un lado y lo emprendió sólo con aquél.
Aprendió a tocarlo. A mimar
sus teclas, golpearlas, dejar volar sus dedos sobre ellas y sentirlas. A
ensuciarlas, a gastar su brillo. A conocerlas una a una; y las conoció.
Aprendió a tocar su piano: A observar
sus dos respetados colores y a escucharlo. A limpiarlo, a quitarle el polvo
cuando lo abandonaba; a darle vida e incluso revivirse a ella misma cuando lo hacía sonar, como un trabajo mutuo.
Aprendió a tocar su piano, a
cuidarlo, temerlo y amarlo.
Un día se cansó de su sonido.
Fue entonces cuando vio un precioso clarinete y le dio la espalda a su piano
para siempre, como hizo con su guitarra. Decidió aprender a tocarlo y lo consiguió. Puedes imaginar el final. Así siguió ocurriendo con muchos más
instrumentos...
Tal vez pienses, tú que hasta
aquí has llegado, que esta joven no hacía uso de razón. Después de todo el
tiempo empleado en algo, todo el cariño y el cuidado, no se puede abandonar de
esa forma. Algo que cuesta horas y horas de trabajo y que te ha hecho
desahogarte, cantar y llorar no puede ser olvidado tan fácilmente. Sin embargo,
¿por qué cuando se trata de querer a una persona se ve normal? ¿O por lo menos
por qué es lo que veo yo un día tras otro? ¿Qué está pasando con aquello de
dedicarse completamente a alguien, a pesar de que a veces no tengas fuerzas
para hacerlo? El amar es algo que se cultiva poco a poco y muchos abandonan
antes de cosechar nada. Que se trata de
un ser humano, de un alma distinta a la de los demás y completamente única;
latidos continuos y una respiración que no para. Un corazón vivo.
¿Sigues
creyendo que la joven había perdido el juicio por aburrirse de sus instrumentos? ¿Y entonces qué sobre los que dicen amar hoy en día y hacen lo mismo que ella?